Tormentas de niña

Sentada frente al verde, sintiendo el perfume de la lluvia cuando cae sobre el calor de la tierra... llena de vida toda mi tarde.

Ese aire de frescura que entra por mis venas y me hace sentir viva. Su sabor a nuevo, y su delirio de sueños me recuerda a mis dias de playa cuando era mas chica.

Jugar en la bicicleta hasta escuchar la tormenta, pedalear con fuerza mientras las gotas tocaban mi cara. Sentirme acalorada y a la vez fresca. Asi recuerdo mi infancia, donde la lluvia y el viento tocaban mi cuerpo; y donde la vida y sus vueltas jugaban conmigo.

Despertar

Hay veces que la vida nos alecciona sin aviso.

Preocupada por la vida, pensando que no podría disfrutar de un dia de sol y pileta, sentada ahi en un bar, almorzando sola y viendo como la gente se divertia en las calles; me sumí en mi dolor. En un dolor egoísta. Miré mi ombligo y me deje llevar con mis sentimientos mas fríos.

Sin embargo, ahí fuera; A un vidrio de distancia: La realidad. La vida. Ahi mismo, encontre respuesta a mi dolor. A un dolor que no existía, que no era tan profundo y que no era tan fuerte.

Comparé nuestras vidas. Comparé nuestras posibilidades. Quien saldría adelante? El o yo?.

Me volvió las fuerzas a las piernas, a los brazos, a la cabeza y al corazón.

Comprender que lo mio era tan pequeño y tan efímero. Me hizo despertar de una pesadilla que no existía. Que no era real.

Así pues, me levanté dispuesta a terminar lo que un día empecé.