lunes, 24 de noviembre de 2008

Despertar


Hay veces que la vida nos alecciona sin aviso.

Preocupada por la vida, pensando que no podría disfrutar de un dia de sol y pileta, sentada ahi en un bar, almorzando sola y viendo como la gente se divertia en las calles; me sumí en mi dolor. En un dolor egoísta. Miré mi ombligo y me deje llevar con mis sentimientos mas fríos.

Sin embargo, ahí fuera; A un vidrio de distancia: La realidad. La vida. Ahi mismo, encontre respuesta a mi dolor. A un dolor que no existía, que no era tan profundo y que no era tan fuerte.

Comparé nuestras vidas. Comparé nuestras posibilidades. Quien saldría adelante? El o yo?.

Me volvió las fuerzas a las piernas, a los brazos, a la cabeza y al corazón.

Comprender que lo mio era tan pequeño y tan efímero. Me hizo despertar de una pesadilla que no existía. Que no era real.

Así pues, me levanté dispuesta a terminar lo que un día empecé.



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