
Me encuentro ansiosa entre montones de decisiones para tomar.
Algunas las correteo por largas cuadras, y otras las dejo rebotar a mi alrededor hasta que logre poner en claro mis prioridades.
Tengo muchas ganas de empezar un largo camino, pero también de dar media vuelta a la esquina.
Los cambios son rotundos. Algunos inevitables, pero otros son elegidos: son buscados enfáticamente.
Por eso rumbeo en las noches, imaginando los resultados de mi futuro, tomando mis propias decisiones.
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