
Esta imagen se vive solamente en gondola o en el vaporetto.
Recuerdo uno de los viajes, cuando se largo a llover caminando por las calles de Venecia. Subimos a un Vaporetto. Hacinadas por la cantidad de personas que no querian perderlo, nos encontramos frente a frente con un espécimen muy extravagante. Flaco, alto (1.90 aprox), impecable, quemado, facciones perfectas, un traje impoluto, y una valijita que resguardaba de todo aquel que se rozara con ella. Con Marian nos mirábamos y nos tentábamos, observando cómo desde el momento en que subió no dejo ni por un segundo su lugar. Todos nos corríamos de un lado al otro, y él; impasible a todo el vaporetto. Sus rulos: estáticos. Hasta que finalmente, (por arte de magia, creemo nosotras) giró su cuerpo, y descendio junto a la muchedumbre. Ahi... entre subidas y bajadas lo perdimos de vista.
Quien diría y viajamos con un modelo de Armani. Otro recuerdo que pasará a la historia.
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