viernes, 25 de enero de 2008

Desde la Cúpula


Fue increíble la subida por las escalinatas del Duomo. Super angostas y plagadas de gente. Se producían atascos y debíamos esperar minutos, que eran eternos, para volver a retomar la caminata. Por cada ventanita se veía cada vez mas pequeñas las casas. NO APTO PARA VERTIGINOSOS.
Rodear la cupula, con los cuerpos torcidos, era algo claustrofófico. Casi a unos peldaños de la luz, pensé en bajar.
MENOS MAL QUE NO! Ahora puedo recordar la alegría de ver esta ciudad desde lo mas alto y grabarlo en mi retina PARA SIEMPRE.

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