
Tenés esa facilidad de dejarme muda frente a tus palabras... me encuentro desprovista de argumentos que permitan seguir la charla, porque en un segundo decidiste callarme el alma.Y es que cuando siento la fuerza de tus palabras, formas un nudo de emociones que aunque cuesta desenmarañar, deja un sabor dulce cuando las dejo decantar.Porque así sos: impredecible como el tiempo y profundo como el mar.
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