
En esto pensaba estos dias. Cuántas veces me sente a proponerme cambios, a realizar grandes hazañas. Que en realidad nada tenian de extraordinario, pero si mucho de disciplina y de orden. Porque estoy acostumbrada a vivir en un caos. Mi caos.
Y entonces decido levantarme y sacar el plumero. Ordenar mis pensamientos como primera medida. Luego escribir en una hoja los items para ir mejorando. Y de a poco siento que voy cambiando. Y que voy mejorando. Tengo mas energías y muchas ganas. Todo parece cambiar a mi alrededor. Hasta que inevitablemente me topo con alguien. Unos saludos, palabras van y vienen:
-cómo andas?
-Bien bien... che estuve pensando y si me dedico a.... ?
- Vos? jajaja pero si no siquiera hiciste...
Una oleada de miedo me invade el alma. ¿es que acaso esta completamente vetado cambiar el rumbo de nuestras vidas? ¿Uno decide una sola vez y para siempre? En algunos casos, es así. Pero en otro, no. Y eso duele. Porque muchas veces al cambio hay que darle alas. Dejarlo volar. Y ahí cuando intenta saltar al abismo porque sabe que podrá hacerlo, la piedra de la transformación nos parte en dos. Inquietos e inseguros volvemos sobre nuestros pasos... porque más vale malo conocido que bueno por conocer... ¿o será al revés?
No hay comentarios:
Publicar un comentario